lunes, 24 de octubre de 2011
domingo, 23 de octubre de 2011
Fue quizá la última gota que recorrió toda la nervadura principal de la hoja (la más verde), que después de llegar a la punta chueca, se descolgó hasta la pequeña rama muerta, que hacían horas que había caído desde lo alto de la chonta, entre cuyas hojas había permanecido hasta antes de la tormenta que cesaba. No sentía la humedad, la hojarasca no revelaba el brillo normal, a pesar de que los rayos del sol empezaban a precipitarse desde el techo del bosque o tal vez de más arriba (no lo puedo definir). De repente, una gota de sudor entrando por el rabillo de mi ojo derecho, me hizo sentir que estoy vivo, atiné a limpiarme, imaginando una pequeña zona limpia de mi mano que segundos atrás se había encharcado por no dejarme caer al barranco. No alcancé a escuchar su voz, no procuré imaginar lo que me decía. La piedra del descanso obligado, se alejaba detrás de nosotros. Intenté ubicarme en el espacio, como siempre tratando de posicionar los puntos cardinales, situación que me lleva al instante en que la maestra flacuchenta de tercer grado de primaria me pedía en examen oral, que indique con mis manos la orientación de cada uno; desde entonces siento que cada vez que me pregunto dónde están, pues estoy frente de su pupitre mirando por la puerta entreabierta hacia el cerro de enfrente de la escuela, por donde salía el sol. Escuché las voces de los que se habían adelantado en la marcha, del otro lado de la quebrada empezando de nuevo un camino de ascenso, pensé: ¡puta mare! otra vez tendremos que subir, es la enésima vez que se repite!. De todas formas (las menos parlanchinas), decidí pensar en algo menos desalentador. Una fruta redonda, pequeña y roja roja, asomaba semienterrada en la arena, rodeada de la huella del zapato de alguien que pasó primero, no pues, qué importancia tiene esta pequeña frutilla, que ha caído desde aquellas ramas, que importancia tiene si estas ramas se han acercado a la quebrada, estirándose para alcanzar la luz en el claro permanente sobre el cauce, solo para ser fértiles y garantizar su supervivencia, qué importancia tiene si solo es alimento de unas cien especies de organismos. Me guardaré estos pensamientos, que no evitan que me canse. La gota habíase extinguido, desparecido, había sido absorbida, consumida; ¿cómo, si una gota es como ninguna, pueden existir quebradas y ríos?... estas pensando mal, mal?, no sugieren nada tus pensamientos, detente!, cual es el objetivo de preguntarte tales cosas?, detente y piensa, para y replantea estos pensamientos. Camina nomas hombre!, me dije, y seguí caminando
jueves, 20 de octubre de 2011
Noticias
ya no deseo más, volver a envolver esos brazos cerrados, prefiero el dolor de mis huesos, de las nuevas noches frías, de las bellas oscuridades, de lo inesperado, del encanto pasajero, de esos viajes austeros, de los pelos eriasos, de aquel baile sin ritmo, de palabras absurdas, de verdades eternas. De consejos de vida vivida. Ya no planeo cambiar, esas formas abiertas, esos deseos impuros, esos miedos perdidos. Ya no permito creer, en mis propios misterios, ni en pensamientos quebrados; solo planeo vivir en espacios abstractos y en instantes sin tiempo
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
